El pasado mes de octubre, del 7 al 9, y organizado por la Fundación Jim (conjuntamente con la asociación Autisme-Europe), se celebró en Cracovia el XIII congreso de Autismo-Europe, bajo el lema “Happy Journey through Life”
Como viene siendo habitual, el programa científico del congreso fue muy extenso y combinó sesiones plenarias con simposios simultáneos. Las temáticas fueron muy diversas y un hecho a destacar fue el importante número de ponentes afectados por TEA.
En relación con el contenido de las presentaciones (muy diversificado) el tema de la salud física y mental de las personas con TEA estuvo bastante representado. En cuanto a la salud física, las conclusiones que podemos extraer de lo expuesto son, en primer lugar, que las personas afectadas pueden tener importantes dificultades para acceder a los servicios de salud. Y también, que los adultos tienen algún tipo de diagnóstico somático con más frecuencia que la población general. En cuanto a la salud mental, el riesgo de sufrir algún trastorno neurológico también es mayor. Por lo que se refiere a trastornos psicológicos comórbidos, la ansiedad, las fobias y la depresión son los más prevalentes.
Respecto a los programas de intervención psicológica, existen una serie de elementos que se pueden considerar fundamentales según diversos profesionales: intervención temprana, mejorar la formación específica de profesionales y familiares, tener en cuenta las alteraciones sensoriales y utilización de las nuevas tecnologías.
Podemos concluir diciendo que, a pesar de los avances evidentes en el campo de la psicología y la medicina, el autismo es un trastorno que todavía plantea muchos interrogantes y que la cantidad y calidad de los servicios dirigidos a las personas afectadas y las familias, todavía está lejos de lo que podríamos considerar un nivel óptimo.